Los números en la antigüedad tenían un significado cualitativo
además de lo cuantitativo. El ejemplo más conocido es Pitágoras que estableció
al número como el elemento que compone todo el Cosmos. Para este autor cuando
se decía uno no significaba solamente que se tenía, digamos un tomate o una
papa, sino que indicaba algo para ser entendido por la mente, por la parte más
interior del hombre.
Te dejo a continuación algunas ideas para que consideres a
la hora de relacionar los números con tu propia vida. Estas ideas no son
numerología ni tampoco encierran una significación religiosa, sino tratan de
llenar un espacio que procede de la razón y que llega a la razón. Los seres
humanos hemos utilizado los números desde antiguo para indicar cosas que están
más allá de ellos. Podemos decir que son una ayuda memoria de quiénes somos y cómo
podemos situarnos ante la vida para encontrar la paz y la felicidad.
Te sugiero que al leer estas afirmaciones te dediques a
pensar durante un día o una semana en cada uno y que su repetición o memoria te
permita ir cambiando aquellas actitudes que te dañan.
Empecemos con el primero de ellos.
Uno:
Considera que eres un único ser.
No puedes estar dividido en
tu interior.
Que tus pensamientos coincidan con tus sentimientos. Intenta
sentir como piensas y pensar como sientes.
Muchos de nuestros problemas radican
en que nuestra mente nos hace ver una cosa y nuestro corazón otra. Intenta que
ambos hablen el mismo idioma.
Sugerencia: Haz la cuenta de aquellas cosas que te hacen
perder la unidad interior, tu armonía. Fíjate si aquello que te divide
interiormente es un problema de mente o de corazón. Piensas mal o sientes mal,
no existe otra posibilidad que te encuentres dividido. Luego intenta alejar de
tu mente o de tu corazón aquello que te divide.
Algunas cosas que te dividen interiormente son:
El odio.
La ira.
La envidia.
Los celos.
El orgullo.
El engaño y la mentira.
Si tienes alguno de estos sentimientos te encontrarás
dividido. Procura alejarlos de tu corazón y de tu mente.
Piensa:
Si odio me hago
daño.
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Si
amo, me lleno de vida.
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El rencor no
soluciona los problemas sino que los aumenta.
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El
perdón está en tu corazón, es importante que los puentes nunca se destrocen
en tu orilla.
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La ira llena de
humo tu espíritu y no te deja ver la verdad.
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La
paz te permite pensar.
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La envidia es el
sentimiento de quienes piensan que denigrando a los otros pueden creerse
superiores.
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Alegrarse
por el bien de los demás es participar de su suerte.
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El orgullo te
deja solo y te hace el corazón duro.
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Una
autoestima correcta te permite crecer cada día.
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La mentira
termina devorando tu alma.
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La
verdad siempre ilumina tu interior.
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Recuerda la unidad la hacemos con nosotros mismos. Somos
tanto nuestro mejor amigo como nuestro peor enemigo.
La seguimos en la próxima entrada...
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