viernes, 7 de octubre de 2011

Los números y la vida. EL UNO


Los números en la antigüedad tenían un significado cualitativo además de lo cuantitativo. El ejemplo más conocido es Pitágoras que estableció al número como el elemento que compone todo el Cosmos. Para este autor cuando se decía uno no significaba solamente que se tenía, digamos un tomate o una papa, sino que indicaba algo para ser entendido por la mente, por la parte más interior  del hombre.
Te dejo a continuación algunas ideas para que consideres a la hora de relacionar los números con tu propia vida. Estas ideas no son numerología ni tampoco encierran una significación religiosa, sino tratan de llenar un espacio que procede de la razón y que llega a la razón. Los seres humanos hemos utilizado los números desde antiguo para indicar cosas que están más allá de ellos. Podemos decir que son una ayuda memoria de quiénes somos y cómo podemos situarnos ante la vida para encontrar la paz y la felicidad.
Te sugiero que al leer estas afirmaciones te dediques a pensar durante un día o una semana en cada uno y que su repetición o memoria te permita ir cambiando aquellas actitudes que te dañan.


Empecemos con el primero de ellos.

Uno:

Considera que eres un único ser. 
No puedes estar dividido en tu interior. 
Que tus pensamientos coincidan con tus sentimientos. Intenta sentir como piensas y pensar como sientes. 
Muchos de nuestros problemas radican en que nuestra mente nos hace ver una cosa y nuestro corazón otra. Intenta que ambos hablen el mismo idioma.

Sugerencia: Haz la cuenta de aquellas cosas que te hacen perder la unidad interior, tu armonía. Fíjate si aquello que te divide interiormente es un problema de mente o de corazón. Piensas mal o sientes mal, no existe otra posibilidad que te encuentres dividido. Luego intenta alejar de tu mente o de tu corazón aquello que te divide.

Algunas cosas que te dividen interiormente son:
El odio.
La ira.
La envidia.
Los celos.
El orgullo.
El engaño y la mentira.

Si tienes alguno de estos sentimientos te encontrarás dividido. Procura alejarlos de tu corazón y de tu mente.

Piensa:

Si odio me hago daño.

Si amo, me lleno de vida.
El rencor no soluciona los problemas sino que los aumenta.
El perdón está en tu corazón, es importante que los puentes nunca se destrocen en tu orilla.
La ira llena de humo tu espíritu y no te deja ver la verdad.
La paz te permite pensar.
La envidia es el sentimiento de quienes piensan que denigrando a los otros pueden creerse superiores.
Alegrarse por el bien de los demás es participar de su suerte.
El orgullo te deja solo y te hace el corazón duro.
Una autoestima correcta te permite crecer cada día.
La mentira termina devorando tu alma.
La verdad siempre ilumina tu interior.

Recuerda la unidad la hacemos con nosotros mismos. Somos tanto nuestro mejor amigo como nuestro peor enemigo.

La seguimos en la próxima entrada... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario